Es un espacio de apoyo y sostén profesional en donde los padres encuentran respuesta a sus interrogantes y preocupaciones con respecto a la conducta y educación de sus hijos. Se concurre cuando tienen necesidades de orientación, información o asesoramiento, obteniendo consejos psicoeducativos para afrontar la educación en la infancia y adolescencia de sus hijos.
Se busca ayudar a los padres a interiorizarse en su propia experiencia de paternidad, a vivenciar sus vínculos actuales, procesando sus vínculos pasados para rescatar lo positivo y no repetir lo perjudicial, que ha causado dolor y sufrimiento.El nombre de escuela apunta al aprendizaje significativo que se logra gracias la asimilación y el trabajo de una experiencia dificultosa como vehículo para el cambio.Este trabajo está íntimamente ligado a la concepción de salud como el estado completo de bienestar físico, psíquico y social, y no sólo la ausencia de afecciones y enfermedades. Poder actuar de manera preventiva, con una intervención psicológica, para que un problema o dificultad no se haga síntoma.

HAGAMOS UNA INFANCIA POSITIVA

DUERMETE NIÑO

miércoles, 25 de junio de 2008

PSICOANALISIS DE LOS CUENTOS DE HADAS


Bruno Bettelheim (1903-1990) aborda en su libro "Psicoanálisis de los cuentos de hadas" el estudio de estos cuentos y su influencia sobre la educación de los niños. Para ello, examina los cuentos más conocidos de la cultura occidental: Caperucita Roja, Cenicienta, Blancanieves, etc., y pone de relieve su función liberadora y formativa para la mentalidad infantil.
Al identificarse con los distintos personajes de los cuentos, los niños comienzan a experimentar por ellos mismos sentimientos de justicia, fidelidad, amor, valentía, no como lecciones impuestas, sino como descubrimiento, como parte orgánica de la aventura de vivir.Sostenía que la tarea más importante en la educación de un niño es la de ayudarle a encontrar sentido a la vida y a comprenderse mejor él mismo y a los demás a fin de lograr satisfactorias relaciones llenas de significado.Para que una historia mantenga de verdad la atención del niño, ha de divertirle y excitar su curiosidad. Pero, para enriquecer su vida, ha de estimular su imaginación, ayudarle a desarrollar su intelecto y a clarificar sus emociones; ha de estar de acuerdo con sus ansiedades y aspiraciones; hacerle reconocer plenamente sus dificultades, al mismo tiempo que le sugiere soluciones a los problemas que le inquietan. Resumiendo, debe estar relacionada con todos los aspectos de su personalidad al mismo tiempo; y esto dando pleno crédito a la seriedad de los conflictos del niño, sin disminuirlos en absoluto, y estimulando, simultáneamente, su confianza en sí mismo y en su futuro.Los cuentos aportan importantes mensajes tanto a nivel consciente como inconsciente.Al hacer referencia a los problemas humanos universales, estas historias hablan a un pequeño yo en formación y estimulan su desarrollo, mientras que al mismo tiempo lo liberan de sus pulsiones inconscientes.Muchos padres están convencidos de que los niños deberían conocer únicamente el lado bueno de las cosas, para evitarles sufrimientos o preocupaciones tempranas. Sin embargo, los cuentos de hadas les transmiten, que la lucha contra las serias dificultades de la vida es inevitable, y que si uno no huye y se enfrenta a las privaciones inesperadas y a menudo injustas, puede llegar a dominar todos los obstáculos.Los cuentos dejan que el niño imagine cómo puede aplicar a sí mismo lo que la historia le revela sobre la vida y la naturaleza humana.Los cuentos de hadas suelen plantear, de modo breve y conciso, un problema existencial. La maldad está siempre presente igual que la bondad, pero nunca en una sola persona sino en dos personajes diferentes.En los cuentos de hadas el malo siempre pierde, de modo que la convicción que se transmite es que el crimen no resuelve nada y de esta manera es una persuasión mucho más efectiva que la enseñanza de normas morales.El héroe es la figura más atractiva que favorece la identificación e imprimen en el niño las huellas de la moralidad con más fuerza que cualquier enseñanza.Los personajes de los cuentos de hadas no son ambivalentes, es decir que no son buenos y malos al mismo tiempo, como somos todos en realidad.Cenicienta es buena y las hermanastras son malas, ella es hermosa y las otras son feas, ella es trabajadora y las demás perezosas.Esta particularidad ayuda al niño a comprender más fácilmente la diferencia entre ambos caracteres.Las ambigüedades no deberían plantearse hasta que no se haya establecido una personalidad relativamente firme.Para desarrollar al máximo sus cualidades de alivio, sus significados simbólicos y, por encima de todo, sus significados interpersonales, es preferible contar un cuento antes que leerlo. Si así se hace, el lector debe vincularse emocionalmente, tanto con la historia como con el niño, sintonizando empáticamente con lo que la historia puede significar para el pequeño. Explicar cuentos es mejor que leerlos porque permite una mayor flexibilidad.Nunca se deben "explicar" al niño los significados de los cuentos. Sin embargo, es importante que el narrador comprenda el mensaje que el cuento transmite a la mente del pequeño.Asimismo podemos ver, como cuentos clásicos como Hänsel y Gretel por nombrar alguno, permiten elaborar el miedo a la oscuridad (porque quedan perdidos en el bosque de noche), el temor al abandono y la separación. También el miedo a los extraños que se ve reflejado en el cuento del lobo y los tres cerditos, las precauciones que deben tomarse ante las personas desconocidas (la mama le dice éstos que no abran a nadie). Otro buen ejemplo es el de cenicienta que permite abordar los celos, la rivalidad entre hermanos (cenicienta y sus hermanas luchan por el amor del príncipe, que en este caso sería el amor materno).Todo cuento de hadas es un espejo mágico que refleja algunos aspectos de nuestro mundo interno. Y con gran potencial terapéutico permite expresar situaciones problemáticas, transformándose en un instrumento reparador.

Giselle. Domínguez

María Rosa Manas de Bruten



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