Es un espacio de apoyo y sostén profesional en donde los padres encuentran respuesta a sus interrogantes y preocupaciones con respecto a la conducta y educación de sus hijos. Se concurre cuando tienen necesidades de orientación, información o asesoramiento, obteniendo consejos psicoeducativos para afrontar la educación en la infancia y adolescencia de sus hijos.
Se busca ayudar a los padres a interiorizarse en su propia experiencia de paternidad, a vivenciar sus vínculos actuales, procesando sus vínculos pasados para rescatar lo positivo y no repetir lo perjudicial, que ha causado dolor y sufrimiento.El nombre de escuela apunta al aprendizaje significativo que se logra gracias la asimilación y el trabajo de una experiencia dificultosa como vehículo para el cambio.Este trabajo está íntimamente ligado a la concepción de salud como el estado completo de bienestar físico, psíquico y social, y no sólo la ausencia de afecciones y enfermedades. Poder actuar de manera preventiva, con una intervención psicológica, para que un problema o dificultad no se haga síntoma.

HAGAMOS UNA INFANCIA POSITIVA

DUERMETE NIÑO

miércoles, 25 de junio de 2008

LOS ABUELOS


El papel de los abuelos en la educación de los niños plantea diversos problemas de interferencia en las relaciones de los padres con el niño. ¿Qué esperan los padres de los abuelos? - Que sean una seguridad: es un resto de la infancia de los padres, que sobrevive en su madurez. - Que sean una autoridad: los padres llegados a adultos quieren que la autoridad de los abuelos venga en apoyo de la suya, que los aprueben siempre en lo que hacen por el niño. - Que consideren a los padres como adultos y los dejen evolucionar libremente como tales.
El problema es que para los abuelos, los padres nunca son adultos, siguen siendo los “niños” que ellos han tenido y que no pueden ver como iguales. - Que no capten a los niños. La realidad es que los padres quieren que los abuelos estén siempre ahí cuando ellos los necesitan, pero también que no estén ahí cuando no los necesitan. ¿Qué son, qué quieren y qué sienten los abuelos? Los abuelos son engendradores de engendradores, padres de padres. De modo que, lejos de satisfacer las necesidades de los padres frente a sus hijos, a veces no hacen mas que añadir a estas dificultades las que ellos conocieron también en otro tiempo cuando eran niños y después cuando fueron padres. Así, los sentimientos de inseguridad, inferioridad, complejos no resueltos, sentimientos de culpabilidad, insatisfacciones, etc., que tuvieron durante su juventud y que no fueron superados, surgen de nuevo en esta etapa de abuelos, originando todo tipo de conflictos posibles, multiplicados en la vida cotidiana, si además los padres y los abuelos se ven obligados a vivir juntos. ¿Qué espera el niño de sus abuelos? El niño espera que sus abuelos se perfilen en el mismo eje que sus padres. Pero es bueno que el niño comprenda que sus abuelos no piensan como sus padres, pues así él también se sentirá con derecho a no pensar como sus padres, lo que constituye una etapa importante de su desarrollo. Pero es malo que los niños sientan que sus abuelos juzgan, invalidan o condenan las determinaciones de sus padres y que éstos, por su parte, rivalicen con ellos, ya que esta situación puede perturbar el desarrollo y el equilibrio infantiles. En todo caso, los padres siempre deben suavizar ante los niños las actitudes “exageradas” de los abuelos, pero sin que suponga un enfrentamiento o desprecio de los niños hacia los abuelos. Hay que exponer tranquilamente las diferencias de opinión: “es la edad... en su época se pensaba así...”; no hay que tratar de conseguir un triunfo sobre el abuelo, de hacer que el niño dé la razón a uno u a otro, ya que el niño no podría soportar esa tensión. El rol real de los abuelos es el de ser cimiento genético de la familia. “El es el que me ha dado la vida y por eso te la he podido dar a ti...”. De esta forma se presenta ante los niños la justificación del deber de respeto a los abuelos; en nombre de la vida que ellos nos han dado, el niño comprende que el amor que se les debe tener está más allá de los que son ahora. ¿Qué deben hacer los abuelos? El rol de los abuelos es hablar mucho de su pasado personal y del pasado familiar que recuerdan. Deben contar las historias que se transmiten de generación en generación, las anécdotas, cómo se vivía en su época, insistiendo en la diferencia de costumbres.Por otra parte, los abuelos deben abstenerse de corregir o encauzar a sus nietos. No deben criticar, enjuiciar, culpar o felicitar ni los actos de los padres ni los actos de los hijos. Y ante todo, los abuelos no deben inspirar miedo a los niños. De esta forma los niños encontrarán junto a sus abuelos una seguridad diferente a la que le dan sus padres, aunque tan necesaria como ella y más primitiva.Françoise DoltoGuías para padres - Paidós,Resumen: Mercedes Delicado Escudero
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